Verdaderos testigos de Jesús

Hoy veremos el Evangelio de Lucas y cómo muestra a Jesús como el Hijo del Hombre. Lucas, un médico amado, escribió este Evangelio, y podemos notar su enfoque en los detalles, como las parábolas del Samaritano y del hijo pródigo, y los eventos de la crucifixión de Cristo. Esto indica que él era un experto en medicina y posiblemente un gentil convertido al cristianismo.

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Hoy veremos el Evangelio de Lucas y cómo muestra a Jesús como el Hijo del Hombre. Lucas, un médico amado, escribió este Evangelio, y podemos notar su enfoque en los detalles, como las parábolas del Samaritano y del hijo pródigo, y los eventos de la crucifixión de Cristo. Esto indica que él era un experto en medicina y posiblemente un gentil convertido al cristianismo.

Lucas probablemente fue un esclavo liberado, ya que los romanos despreciaban la medicina y no permitían que los ciudadanos la estudiaran. El Evangelio de Lucas fue escrito entre el año 50 y 60 d.C., dirigido a Teófilo, un personaje misterioso, y enfocado en presentar a Jesús como el Hijo del Hombre.

Lucas muestra a Jesucristo como un ser humano perfecto, el Hijo del Hombre profetizado en Daniel, que vino a sanar y salvar a todos. A través de su ejemplo, nos enseña a ser cristianos sociales e impactar nuestra sociedad positivamente.

El Evangelio se organiza en distintas partes: el nacimiento de Jesús, su preparación para el Ministerio, su servicio en Judea y Galilea, su muerte y resurrección. Lucas se preocupa por la veracidad de la fe y cómo la manipulación de la verdad puede engañar a las personas.

Ser un verdadero testigo de Jesús implica tener una comprensión ordenada de la Biblia, estudiando diligentemente y corrigiendo errores. También debemos enseñar y ser instruidos para conocer bien la verdad y ser capaces de compartirla con otros.

Es esencial profundizar en la Palabra de Dios y no quedarnos solo con temas superficiales. Necesitamos investigar diligentemente para evitar ser engañados y manipulados. Aprendamos de Jesucristo, el Hijo del Hombre, y dejemos que su ejemplo nos guíe en nuestra vida cristiana.

Agradezcamos a Dios por Jesús, quien nos muestra el camino y nos da la victoria. Seamos testigos fieles de su amor y gracia en nuestras vidas. Amén.